No sé cómo decírtelo. No creas que me quedo contenta viendo cómo te hago daño. No me gusta que me responsabilices de algo que no me corresponde. Soy muy vulnerable y me incomoda esa situación... Sólo soy como áquella rosa del Principito, que sólo tiene su par de espinas para defenderse del mundo... No me culpes por protegerme...
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