mercoledì, aprile 15, 2009

¿Sabes? No ha sido muy fácil y tu insistencia no ayuda mucho.
Hay una canción de Andrés Calamaro que dice "Nunca pensé que pudiera llegar a decírtelo así: Búscate otro lugar..."
Alguna vez en medio de un berrinche te advertí que "no iba a permitir que siguieras jugando con mis sentimientos, que vendrías a buscame cualquier día de estos y tal vez, entonces ya no estaría aquí"... bueno, pues ese día llegó y creo que no lo tomaste del todo bien. Ví en tus ojos esa mezcla de orgullo herido y de molestia ante lo perdido.
Discúlpame... quizá debí ser más clara, pero no me lo permitiste, me dijiste que no te dijera nada y confiaste -ciegamente- en que tu insistencia y detalles terminarían por llevarme a tu cama una vez más.
Sin embargo, eso no fue posible. No quise que fuera posible. (Sí, yo misma me sorprendí de que pudiera mantener firme mi no).
No te voy a mentir diciéndote que estaba convencida. La verdad es que agradecí que respetaras mi decisión y la apoyaras porque estuve a punto de flaquear y sucumbir a la posibilidad de perdernos en sólo un momento.
Te fuiste "y que regresabas no me dijiste"... te reproché que no hayas respondido mi pregunta hace más de un año. Te dije que si me hubieras dicho la verdad seguramente yo habría permanecido sentada en la banca durante todo este tiempo hasta que recordaras que existía y entonces (cuando todos los nombres de tu agenda te hubieran dicho que no) me llamaras, pero no lo hiciste. Esa vez callaste y sólo abriste una pequeña posibilidad al decir "seguimos".
No sabes cuánto lloré ... sabía que quizá... algún día... volverías a poner tus ojos en mi, pero ya no quise que fuera así.
Y entonces pasó... sólo eso... pasó. Tu fuiste testigo. Tu lo viste. Lo supiste y no te lo escondí. Alguien me buscaba y me invitaba a una fiesta... pasaba por mi a mi casa y tú, justo tú me llevabas a su encuentro. Te fuiste "antes de que llegara para que no te viera" y después me mandaste un mensaje en el que me decías que me querías y me extrañabas... pero después sólo el silencio reinó. Un par de saludos y preguntas para sondear cómo andaban las cosas y ya.
No te voy a mentir. Me confunde tu presencia e insistencia. No porque quiera regresar románticamente contigo sino porque hay cosas que compartíamos y que, sinceramente, extraño.
No eras mi amante, eras mi amigo y al amigo sí lo echo de menos.
Desafortunadamente, tú no puedes ver esas diferencias. Tú quieres el paquete "todo incluido" y yo ya no puedo ni quiero ofrecértelo.
¡Todas aquellas letras, palabras, textos y cursilerías que construí para ti ya no existen... se derrumbaron o las demolí, pero ya no están. Debes entenderlo. Ya no paso las noches en vela pensando en ti. Ya no leo las noticias buscando tu nombre. Ya no me dueles nada de nada y te olvidé como suelo olvidar los números telefónicos.
No lo hagas difícil ¿ok?
Tuviste la oportunidad de que las cosas fueran diferentes, pero no quisiste y ahora, ahora ya nada puede hacerse.
Sabes que cuentas conmigo... en la distancia.

domenica, gennaio 18, 2009

"Estoy jugando con fuego"

Así dice una canción de Andrés Calamaro. La frase la retomo en este momento en el que pienso en ti y que reconozco, con cierto pesar, los coqueteos que he permitido desde hace unos días.
No, no creas que no me he dado cuenta que cada palabra busca reencontrar lo que alguna vez hubo entre nosotros.
No, sólo es que de vez en vez extraño ver una película en la tele, tomarnos una copita de vino, observar aquel foquito rojo desde la ventana de tu habitación, escuchar los sonidos de la tarde ... sólo es eso.