No quiero caer en la clásica cursilería que llena y llena espacios con sus frases sin ton ni son. Sin embargo, cuando suceden cosas como las de esta noche resulta inevitable utilizar las palabras cursis para describir una noche lluviosa, una conversación agradable, un guiso caliente, una mirada indiscreta, una sonrisa y un deseo compartido.
¿Qué hacer ante ello?
La lluvia nos acompañó durante el trayecto y nos dio un motivo para compartir una cena exquisita. Después, la noche nos reveló una ciudad nueva sólo para ti y para mi.
¿Cómo pueden los demás despertar mañana sin haber visto lo que tus ojos y mis ojos vieron?
No importa. Esta noche con su sonido y su oscuridad nos reúne en la distancia.
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