Me empieza a quedar claro que el amor es algo que nos imaginamos. Cuánto más imaginación tienes más grande es.
Hace unos días tuve oportunidad de reflexionar sobre ello. Me vi imaginando un montón de cosas que no existen. Esas mismas cosas me hicieron sentir súper bien durante mucho tiempo. Aún pueden seguir haciéndome sentir de esa forma. Sólo es cuestión de querer hacerlo. De desear hacerlo...
Inicias imaginándote una escena y, poco a poco, empiezas a trabajar en ello. Visualizas un escenario -usualmente el sitio en donde te sientes mejor- y añades los personajes -que también, casualmente- son las personas con quienes más convives.
Fabricas una historia en torno a cada uno de ellos -un detalle aquí y un detalle allá-, tejes la trama, le pones suspenso, propicias los conflictos y de pronto te conviertes en el hèroe o la heroina de la historia... de tú historia.